Y vos que no dudabas de nuestra eternidad

"No había querido pedir explicaciones. Simplemente había cortado el diálogo con R. Que se las guardara. Que las vendiese si quería, y que entregara el alma al diablo también. Había sido una decisión relativamente fácil, no hablar más del asunto; después de todo se sentía cómodo, casi complacido con su silencio. [...] Había dejado que se extinguiera esa modesta camaradería de la que, sin embargo, conservaron ambos un recuerdo agridulce. [...]

Yo dejé de verte, de hablarte...te juro que habías terminado para mí...si, ya se, no viniste a verme, me negaste el saludo, eso fue lo peor [...] Por eso no podía perdonarte, ¿me entendés? No podía perdonarte que no quisieras hablar del asunto, y, a la vez (aquí está mi necedad), no quería hablarte yo. Comprendé que no podía pedirte nada. Esperé que vinieras, no sabés con que ansia esperé que vinieras. "

No ha claudicado. M. Benedetti

Feliz cumpleaños